Los cubrebocas, también conocidos como mascarillas o tapabocas, se han convertido en una herramienta fundamental para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias, especialmente después de la pandemia mundial del COVID-19. En los últimos años, su utilidad ha seguido vigente en muchos contextos, a la vez que ha aumentado mucho la variedad de modelos en lo referente a materiales, diseños y características.
Una barrera básica contra gotas y partículas son los cubrebocas de tela. Se fabrican en materiales como el algodón o el poliéster, y suponen una opción sostenible porque son reutilizables y lavables. Las mascarillas de tela son seguramente las más variadas y personalizables en cuanto a estética, y la variedad de diseños es enorme. Los cubrebocas de colores son solo el primer paso en una oferta realmente exuberante. De hecho, el mundo de la moda ha acabado por introducirse también en este accesorio tan relevante, y a día de hoy se encuentran desde cubrebocas infantiles hasta modelos de diseño sofisticado.
Otro tipo sumamente popular es el cubrebocas quirúrgico, que suele estar hecho de polipropileno y es desechable. Ofrece una protección eficaz contra salpicaduras y partículas grandes, por lo que es de uso habitual tanto en entornos médicos como para el público general. Algunas mascarillas incluyen filtro, que sirve para retener partículas muy pequeñas y consiguen proteger de aerosoles. Estos cubrebocas con filtro se utilizan en entornos donde hay una mayor exposición a contaminantes.
Entre los modelos que ofrecen una protección adicional están los cubrebocas tricapa. Este modelo tiene tres capas de material: la capa interna absorbe la humedad, la intermedia filtra partículas y la capa externa repele líquidos. Son una de las mascarillas más completas para la protección de enfermedades. Finalmente, cabe mencionar las mascarillas con certificados N95, KN95 o FFP2, que brindan un alto nivel de filtración y un ajuste hermético al rostro. Se usan en entornos donde hay una importante exposición a aerosoles y partículas finas. Principalmente, se reservan a los profesionales sanitarios.
En la actualidad, las mascarillas o cubrebocas siguen siendo una herramienta clave para la prevención de enfermedades respiratorias, no solo el COVID-19, sino también la gripe o el resfriado común. Ofrecen protección a quien los usa al reducir la inhalación de partículas y aerosoles contaminantes, pero también protección comunitaria: el uso generalizado de tapabocas ayuda a proteger a las personas alrededor, al reducir la emisión de partículas por parte de personas infectadas, incluso si son asintomáticas. En determinados entornos laborales, especialmente en la atención médica y en industrias donde hay exposición a contaminantes, los cubrebocas son esenciales.
En cualquiera de estos casos, es importante conocer las instrucciones detalladas sobre cómo colocar y usar adecuadamente la mascarilla, para garantizar su eficacia y reducir riesgos. También lo es tener información sobre la duración recomendada para el uso de una mascarilla y cuándo es necesario sustituirla. Además, destaca la importancia de desechar las mascarillas de un solo uso de manera adecuada. En el caso de las reutilizables, conviene además saber cómo cuidar y limpiarlas de manera adecuada.